El resultado es que Android 1.5 o 1.6 está instalado en el 66% de los aparatos, en tanto que Android 2.0, 2.0.1 o 2.1 solo está instalado en el 33% de los aparatos. Un porcentaje à nfimo, de 0,1% continúa usando Android 1.1.
Normalmente, el gran número de teléfonos con las versiones 1.5 y 1.6 no pueden ser actualizados a Android 2.1 – al menos no oficialmente. Esto implica que los usuarios han sido abandonados con un sistema operativo incapaz de ejecutar un gran número de nuevas y atractivas aplicaciones. Esto último no es el deber ser; los desarrolladores y fabricantes deberà an pensar a futuro a fin de no dejar en estado de abandono a las personas que una vez confiaron en ellos y les compraron un dispositivo; lo ideal es que todos los dispositivos sean capaces de evolucionar junto con la tecnologà a; no es fácil, pero ese es el deber ser y ahora con tanta experiencia, a los fabricantes no se les dificultarà a hacer proyecciones con futuros fines de actualización de software para el presente hardware.
Imagà nense ustedes que al no poder ser actualizado un dispositivo con versión 1.5 y 1.6 de Android, por ejemplo; el primero está imposibilitado para correr el cliente oficial de Twitter, que solo es compatible con Android 2.1 y posteriores versiones. ¿Como creen ustedes que quedará esa gente que tiene esos dispositivos con versiones viejas de Android en la mano?
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